
Esta novela, la segunda y última de Rafael F. Muñoz, es simplemente una obra magistral: enseña no sólo el arte de narrar sino el difícil ejercicio de crecer y madurar. Enseña, muestra, sigue paso a paso, una relación entrañable entre un adolescente abandonado por su padre biológico y un general orozquista que pronto se convierte en padre simbólico.
Es de los grandes narradores, como lo fue sin duda Muñoz, la sabiduría de tejer tan sutil y naturalmente acontecimientos de la Historia –en este caso la rebelión orozquista de 1912– con eventos vitales de personajes novelescos.
Siempre catalogada como “novela de la Revolución Mexicana”, esta novela admirable ha sufrido la tipificación de los prejuicios que esa categoría ha inspirado a la crítica y a la difusión literarias en México: novelas de interés limitado a los “hechos históricos” de una época específica y por lo tanto de...leer más