Relatos como estos —maravillosos, extraños, conmovedores, pero siempre con una profunde lección espiritual— han tenido en el budismo, especialmente en el Zen, un gran papel en la difusión de las enseñanzas tradicionales. La transmisión de las enseñanzas espirituales tradicionales no sólo se efectúa a través de las escrituras sagradas, los tratados doctrinales de los grandes sabios o la predicación de los sacerdotes. Una vía de transmisión muy eficaz y que llega a un público muy amplio son los diferentes relatos —cuentos, apólogos, anécdotas…— protagonizados por personajes carismáticos que conectan fácilmente con la imaginación popular, la cual asimila la enseñanza espiritual que se desprende del relato. El budismo Mahayana, y en particular el Zen, utilizó ampliamente estos recursos didácticos, en los que se refleja una gran diversidad étnica y cultural, protagonizados sobre todo por maestros espirituales, eremitas, monjes y monjas. El conjunto de estas historias, amorosamente guardadas en la memoria de la comunidad budista, se conoce con la denominación de sûtras zen y ofrece amplia materia de reflexión al lector receptivo.